Desarrollar nuestras habilidades nos permite ser útiles e incluso divertidos en diversas circunstancias de la vida.
¡Estudiar para ser profesionista es grandioso! Sin embargo, mientras más cosas sabemos hacer para la vida diaria, más útiles nos sentimos, más posibilidades de conectar con el mundo hay.
¿Qué sabes hacer para el diario vivir?
Panadería, cortes de cabello, pintar uñas, tatuajes, costura, cocinar rico, mecánica, carpintería, conoces de plomería, resolver conexiones eléctricas, arreglar computadoras o celulares, lavar carros, manejar, lavar, planchar, dar masajes, sanar con esencias, manejar redes, hacer pasteles, gelatinas de otro mundo, cantar como los ángeles...
Hoy en día los niños y los jóvenes se refugian en el mundo virtual porque van perdiendo habilidades para conectar con el mundo real; van dejando de jugar su propio juego y entran a jugar con una red que los absorbe y los satura de entidades; entidades que desconectan paulatinamente sus sistemas de comunicación con el exterior, volviéndose cada día más huraños, más rebeldes, más sobre estimulados, cansándose energéticamente hasta quedar más apagados...
¿Qué herramientas y habilidades estás dándole a los demás para tener algo qué hacer?
¿Qué nuevas habilidades estas creando en ti?
¿Te sientes útil o inútil?
¿Estás en un mundo donde juegas, invitas y te invitan? O, ¿en un espacio donde quedaste excluid@?
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