Cuando la conciencia divina va despertando en estos cuerpos humanos, es tan alto el impacto por su alta frecuencia, que ante la baja frecuencia de los cuerpos que vibran con memorias de dolor, karma acumulado, y emociones densificadas, se disocia.
Entonces el ser comienza su camino para limpiar su densidad y alimentar la luz que ya percibe de planos superiores. En ese estado, el ser vive experiencias altamente significativas para su desarrollo, va a enfrentar todas las pruebas para unificar su cuerpo, su alma y su espíritu.
En esta etapa se cuenta con muchos apoyos, y también con muchos detractores; pues estamos resolviendo el camino de la polaridad. El principal apoyo es el Dios interno, el cual te guiará hacia apoyos externos de todo tipo.
Así que siempre solicita fortalecer la conexión con mi fuente.
¿Cuáles son los retos del camino?
Te identificas tanto con la luz divina que ya percibes, que viene en ti un deseo de fundirte en ella, lo cual en términos humanos sería, un deseo suicida.
Crees que el amor que ya percibes, está vibrando en todos los seres, y llegas a caer en manos del abuso de quien sigue viviendo en la necesidad, poniéndote de tapete por ser practicante reciente de lo que para ti en ese momento es humildad, servicio y paciencia.
Llegas a confundirte cuando escuchas todos somos uno, que es una frase espiritual para motivar el sumarnos en unidad, aspirando a ser tan puros como la fuente para retornar a ella.
En la confusión, puedes perder la individualidad: tu alma. Hay muchos seres que se alimentan de almas perdidas, son entidades diversas, personas que abusan de sus conocimientos de magia para apresar fractales de tu alma, movimientos donde se entrega el alma y te perdiste a ahí...
El alma es uno de tus tres mayores tesoros; es lo que te permitirá unificar a los otros dos: espíritu con carne. El alma viene herida de tantas reencarnaciones, experimentando su camino para volverse parte consciente, de nuevo, de Dios fuente. En ese camino aprendió también de lo vivido y fue creando consciencia.
Toda el alma que has perdido a través de tus vidas paralelas, puede ser recuperada conforme vas consiguiendo la unidad; conforme vas haciéndote fuerte en el cuerpo para procesar y dejar de crear densidad; conforme vas sanando el alma del karma negativo acumulado; perdonándote por todo aquello que pudiste haber hecho para generarlo, asumiendo la vivencia actual, y siendo creativo para nuevas experiencias que generen bienestar para ti, tu familia y tu tribu.
Mientras tanto, sostienes las prácticas espirituales para seguir elevando tus niveles de percepción de la luz.
Cuando somos humildes y nos dedicamos a estas tres partes, poco a poco, en la intimidad de nuestro capullo, nos vamos unificando.
Y cuando somos brillantes en pequeñito, soles en nuestra vida, comenzaremos a llamar a nuestra alma de vuelta de donde quiera que se haya perdido, y cada día tomaremos más fuerza; dejando de ser des-almados.
Y ahora sí, podrás conocer en carne propia el todos somos unos; tendrás mayor presencia en tu encarnación con un cuerpo fuerte, tu alta frecuencia se sostendrá con mayor facilidad y te volverás un sol activo en la vida de tu comunidad.
Antes de que todo eso suceda, habrás recibido alimento de muchos otros soles despiertos, que estuvieron ahí hasta que maduraras.
La trampa de estos tiempos es querer ser como todos; querer pertenecer para ser parte, haciendo lo que no te vibra, lo que no es tu esencia. Esa trampa se llama globalización, y nuestro ego nos puede llevar directo al matadero...
Usa la globalización para conectarte; para llevar tu luz al mundo y recibir de la luz de otros, elevando el valor de todos los seres, para que juntos elevemos el valor de la humanidad, y alcancemos a ser dignos habitantes del flamante planeta que hoy habitamos.
Que si un día regresas a tu galaxia, puedas decir: yo, soy digno hijo de la Tierra... Y retornes como el Dios Solar que realmente eres.
Recordemos el saludo maya que nos recuerda que estamos unidos por el espíritu, que sólo ahí somos uno, y que para fortalecer la comunidad, requiero ser responsable de la individualidad de mi alma y de mi cuerpo, para sumar comunidad.
IN LA KECH (Yo soy Tú) HALA KEN (Tú eres Yo)
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